viernes, 17 de junio de 2016

Análisis hermenéutico de la obra de Marco Armenta

Por César Isaac García Ortiz

                      
En la obra que Marco Armenta aquí presenta  se vuelve evidente el giro que su producción tomó, por lo menos en esta ocasión, respecto al cuerpo de trabajo que desarrolló a lo largo del curso. Si bien al analizar su obra, este último paso puede parecer obvio, no se puede dejar de notar y resaltar la eliminación del elemento figurativo. La lucha de fuerzas que se daba en su obra entre figuración y abstracción (lucha que siempre quedó en tensión) dio paso a una exploración puramente plástica, pareciera que Marco se decantó por la abstracción y declaró una vía que por ahora se presenta como la que mejor se adapta a sus intenciones. Aquí se deja a un lado el signo icónico para que la obra se articule por completo a través del signo plástico, donde zonas de color, tonalidades, huellas e improntas estructuran el lenguaje del cuadro. Es a su vez evidente que el plano sintáctico domina la construcción y análisis de la obra, si bien para realizar el análisis hermenéutico es necesario ubicar esta obra junto al proceso que la derivo, me parece que es el mismo autor quien en el acto de eliminar casi a manera de amputación  el elemento figurativo, quien marca la pauta para establecer una distancia diferenciada con el resto del trabajo realizado. Es por ello que si en el trabajo anteriormente realizado el plano semántico ocupa un lugar importante y sin lugar a dudas arroja luz sobre la decisión final sobre esta obra, sería prudente dejar  un tanto de lado la carga de significados que Marco utilizó para analizar esta nueva obra como punto de partida, como giro no solo formal sino que me parece también un giro en las intenciones sobre cómo abordar su producción, sin embargo esto se abordará más adelante. Solo se menciona para sustentar la decisión de obviar por decirlo de alguna manera, y solo de manera relativa no totalmente, la relación que existía entre la figuración y una serie de significados que se articulaban a través de signos icónicos y que determinaban de manera importante la vía de abordaje a la obra de Marco. Aquí son las decisiones plásticas quienes toman las riendas de la obra y un análisis de esta se tiene que basar en dichos signos y en el plano sintáctico que le da cuerpo.
Es claro que el tratamiento que esta obra deja por completo es el de la semejanza. Las referencias icónicas desaparecieron por completo, aun cuando por la carga del trabajo anterior uno buscaría alguna figura de entre la plasticidad presente, resulta evidente que no las hay y que la referencia fue pasada por alto. La mimesis es a su vez inexistente y no parece que dentro de sus intenciones se encuentre la sustitución ya que el signo plástico no es unívoco y deja abiertas las puertas para una interpretación muy amplia. Parece que el proceso de construcción toma relevancia en esta última obra, la lectura se realiza a través de los gestos de la espátula, la construcción por lo que parecen capas y zonas diferenciadas de color. Expresivamente el cuadro es un tanto contenido, si bien se perciben los trazos realizados por la espátula, estos no son violentos la imagen se articula a través de una serie de pequeños trazos que parecen ser cuidados y ubicados en una posición estudiada, sino de antemano por lo menos si a través de una reflexión al momento de la construcción del cuadro. A su vez se percibe la clara confrontación entre la atmósfera “periférica”  y  la concentración central (aunque se carga hacia la derecha) donde se percibe una continuidad en la paleta que Marco ha utilizado a lo largo del curso. Las tonalidades pasteles en rosa, amarillo y un gris que se mezcla con esos colores, enmarca el intenso movimiento de la parte central con tonos en negro, rojo, óxidos, tierras y un amarillo más intenso aplicado como destellos. Esa parte central se percibe como de mayor profundidad, a diferencia de la periferia que se percibe como un plano con algunos destellos de color pero que frente a la intensidad del centro pierden en fuerza. De esta forma pareciera que algo irrumpe a través del cuadro. La obra se encuentra llena de sutilezas, como se mencionó anteriormente no es el acto violento de la espátula lo que aquí se presenta, sino pequeños movimientos y activaciones de color que articulan una intrincada red plástica. La mancha más intensa de rojo se encuentra próxima a una mancha negra que resalta el contraste visual entre ellas. Estos contrastes dan paso a zonas del cuadro donde aun cuando hay una confrontación entre varios colores, la paleta se siente suave y esto ayuda a dar un sentido dinámico y un ritmo específico al cuadro. Existen en la obra activaciones de intensidad y descansos visuales que permiten a quien mira seguir una lectura y quedarse por momentos en el lugar que más le convenga. Es así que se nos presenta una obra estructurada a través de códigos blandos,  la lectura queda muy abierta y la codificación no es univoca
La composición no es simétrica, si bien pareciera que todo surge del centro, y esta tensión en la construcción del cuadro lo dota de ritmo y le otorga una lectura dinámica. La obra presenta una pequeña “salida” en la parte inferior derecha, sin embargo esta es tan pequeña y los tonos de baja intensidad, que el cuadro se presenta autocontenido, es decir que la narrativa del cuadro se articula a través de lo que se encuentra en el cuadro y no nos remite en ningún momento a un afuera de este.
Las confrontaciones en la obra de Marco no cesan, si en un principio se enfrentaba la figuración a la construcción abstracta, en esta última obra se confronta una atmósfera de calma, la periferia, con un segmento central que no se percibe como atmósfera sino como acumulación, materialidad y algo muy distinto a la calma, dados los colores que se utilizan y las fuertes activaciones a las que están sujetos, resultado de su distribución en ese segmento del cuadro. Se articula a través de oposiciones la narrativa de la obra, ya se mencionó una, existe otra que parece estar velada o que secunda a la más evidente y es la del tratamiento con espátula (muy material) frente a espacios donde los colores se difuminan y se funden. Desde este somero análisis me parece que se puede observar que la obra se nos presenta para leerse con detenimiento, se encuentra cargada de sutilezas que es necesario ir desentrañando y apreciando.
A continuación paso a desarrollar un análisis  más detallado sobre los mecanismos que estructuran la obra y un análisis hermenéutico que pueda arrojar luz sobre el lugar que este trabajo ocupa.
Cabe mencionar que dentro de los tropos, las figuras retóricas que se utilizan en pintura, Marco se apoyaba de manera considerable en la sinécdoque. Sus cuadros, a través de los signos icónicos, nos remitían a situaciones y sobre todo a espacios más amplios de los que presentaba.  Con solo presentar algunas partes del cuerpo y de situaciones que nos resultan cotidianas, nos podíamos hacer de una idea casi completa de la situación, y llenábamos los huecos con el contexto cultural al que sus obras apelaban.  Esta forma de operar se encuentra totalmente ausente en la obra aquí analizada. Como mencioné anteriormente este es un cuadro autocontenido, las referencias contextuales no son propiciadas por la construcción misma de la obra. Si bien la lectura de un cuadro siempre se nutre del contexto que la creó, en una obra puramente plástica como está el cuadro no busca incitar estas referencias.
La figura retórica que me parece se encuentra más presente es el oxímoron, la confrontación entre la paleta periférica y la paleta de la zona central se encuentran en conflicto, podría decirse que son paletas opuestas y que apelan a intenciones y sensaciones contradictorias. El cuadro gira alrededor de esta confrontación de dos paletas que tensan y dinamizan la lectura y construyen la narración a partir de esa oposición. Si bien es difícil abordar la figura retórica de la sinestesia, me parece que esta obra nos da elementos para pensar que se encuentra presente. La paleta periférica de tonos pasteles puede remitir a sabores, me parece casi imposible no asociar los tonos amarillo con algún alimento cremoso sabor vainilla. Los tonos de rosa por una asociación remiten a la fresa.  Los tonos en gris que se esparcen con la espátula parecieran invitar al olor del yeso recién aplicado y la intrincada red de direcciones y colores que conforman la parte del centro y centro/derecha del cuadro remiten al ruido, al caos. Un  caos visual que dentro del contexto en el que nos encontramos (la Ciudad de México) me parece que no puede dejar de remitirnos a sonidos inconexos, no armónicos, en fin el ruido presente en la ciudad en la que habitamos. Finalmente y de manera poco evidente me parece que se podría hablar de una aliteración. Existen a lo largo del cuadro una serie de trazos muy similares realizados con la espátula, trazos cortos que dejan ver el perfil de la herramienta utilizada que se presentan como pequeñas intervenciones. Este tratamiento solo se da en algunas zonas, pero me parece que al momento de analizar la obra con detenimiento se aprecian y se convierten en signos que articulan la lectura.
De este primer análisis de la imagen se pueden sacar algunas conclusiones que junto con el análisis del contexto donde se creó la obra y la manera en la que su autor la generó, podrán arrojar mayor claridad para su lectura.
El cuadro se sostiene a través de las tensiones que presenta, la complejidad en la red de trazos y colores, la forma un tanto errática de algunas  de las huellas y el fundir del color en algunas zonas, juegan como una serie de conflictos en distintos planos de construcción que alimentan la sensación general de oposición, de juego inacabado. Esta ha sido una constante en el trabajo de Marco a lo largo del curso, se presenta un conflicto directo que en todo caso está en el espectador resolver. En la obra anterior la lectura era dirigida y esto dejaba poco espacio para la apertura de interpretaciones, en este caso la interpretación se amplió y utilizando el mismo tratamiento que utilizaba en las obras anteriores para las zonas de tratamiento abstracto, logra generar una narrativa compleja.
Pareciera que el conflicto que anteriormente se emplazaba en la transformación que la tecnología está operando en este momento histórico, se desplazó hacia la observación de la naturaleza del conflicto, es decir ya no estamos en presencia de las causas de la lucha sino frente a la lucha en si misma, frente a un momento de oposición y juego dialéctico que nos presenta la complejidad derivada de un evento como este. Me parece que la obra es una invitación a lo abierto, es una invitación al riesgo de aventurar narrativas a través de la confrontación no determinada. Al comparar esta obra con las anteriores me parece que el autor tomó una decisión, un riesgo para desplazarse a un territorio menos definido y un tanto desconocido. Como espectadores me parece que somos invitados precisamente a ser parte de ese riesgo.
Pasemos ahora a analizar el contexto del autor que generó la obra.  Resulta interesante la referencia que Marco ha hecho en una comunicación personal a la obra del cineasta David Cronenberg. La obra de Cronenberg se caracteriza por la presentación de escenarios distópicos donde la tecnología ha jugado un papel importante en la configuración de dicho contexto. Resulta esclarecedora la referencia para explicar la aproximación que Marco realiza a través de la pintura a la forma en que el teléfono ha reconfigurado las dinámicas sociales. En sus primeros trabajos se puede observar el mismo escepticismo frente al desarrollo tecnológico, esto no como una resistencia sin fundamento sino que Marco aborda una situación que ya estamos viviendo, la alienación a la que los teléfonos móviles nos han orillado. El trabajo de Marco apunta a la presentación del conflicto entre la experiencia sensible directa y la experiencia virtual a la que estamos siendo dirigidos. Pareciera que las atmósferas que Marco presenta nos lleva al reconocimiento de la pérdida del espacio, o mejor dicho de la experiencia del espacio tal como la conocíamos. En lugar de que la experiencia se alimente de los recursos tecnológicos como lo sugieren las prácticas de la realidad expandida, está llevándose a cabo una sustitución, la experiencia del espacio se difumina frente a la experiencia virtual. Algo de ello hay también en las referencias que el autor hace al trabajo de Lipovetsky. Para este autor se vive una época de espectacularización donde se vive dentro de experiencias preprogramadas y desde su punto de vista casi siempre permeadas de banalidad y falta de profundidad. Esta aproximación se puede observar en el trabajo de Marco, sin embargo en los últimos acercamientos el tratamiento plástico se volcaba hacia la plasticidad de lo que en ese entonces se percibía como antítesis de la figuración. En la última obra Marco se enfoca en la composición abstracta y en la narrativa articulada a través de elementos plásticos. De aquí se puede conjeturar que el autor esta dando un salto hacia esa nueva “realidad”, hacia el terreno que anteriormente se enfrentaba como antítesis de lo humano, y se explora a través de la pintura. La pintura opera aquí como lente, como instrumento de observación y en ese sentido me parece que el trabajo de Marco avanza desde un lugar que era familiar, desde un espacio de seguridad hacia lo desconocido. Así no se está frente al mensaje que el autor quiere transmitir sino frente a la exploración misma que el autor está atravesando, se nos invita a participar en esta exploración.
A partir de estas consideraciones es pertinente continuar el análisis con la figura del autor que ha creado la obra , sus intenciones, estrategias y con ello cerrar el círculo hermenéutico que nos dará las pautas necesarias para evaluar el trabajo que se presenta.
En primer lugar se abordarán las categorías axiológicas que se manejan en el trabajo. Estas son parte del contexto cultural en el que el trabajo se inserta y como es que el autor se adecúa o enfrenta a las directrices que este plantea. En la categoría morfológica el trabajo se decanta completamente por la abstracción y se aleja de la figuración que llevaba las riendas en la obra anterior. Es una obra que se inscribe en la corriente del arte abstracto de mediados del siglo XX. Marco refiere la influencia de artistas como Ian Francis y Conor Harrington. Al compara las obras se percibe una cercanía más estrecha con el trabajo de Ian Francis (por lo menos su trabajo anterior). Sin embargo a partir de esta última obra se abandona la figuración y la abstracción de Marco resulta más compleja que la presentada en las obras de Ian Francis. Al abandonar la figuración, la complejidad narrativa se desplazó hacia la red plástica en la obra y las cualidades pictóricas del cuadro predominan. De esta forma el cuadro se puede definir dentro de una tendencia de tratamiento, pero es en la relación con el cuerpo de obra anterior que la lectura se amplía y las cualidades formales del cuadro se sitúan en una situación particular.
En cuanto a la categoría estética, el cuadro no busca crear un choque con el gusto del espectador. La obra invita a observarla, aún cuando se establece una red compleja y por momentos la paleta de la zona central genera sensaciones caóticas, es solo a través del análisis detallado que se llega a ese terreno. El cuadro concede un poco al espectador para tratar de llamar su atención. En todo caso me parece que los destellos en rojo operan a manera de llamada, para que la lectura invite pero no se pase de largo por las concesiones dadas, existen puntos que generan un contraste a primera vista y que hacen el cuadro interesante en un primer acercamiento. De esta forma la obra se sitúa en el campo de un gusto ya probado que se presenta como agradable para el espectador y que no presenta mayores complicaciones al momento de establecer una aproximación estética a la obra.
En cuanto a la categoría tímica la obra se ubica en la zona de euforia; la estructura del cuadro lo hace dinámico, las tensiones presentes y la complejidad generan movimiento y aún cuando existen zonas oscuras en el cuadro me parece que podría describirse como una paleta luminosa ya que aun cuando existen zonas en negro solo refuerzan la percepción de un conflicto vivo. El cuadro se encuentra lleno de actividad y las zonas de descanso son generalmente de tonos claros.
Finalmente en cuanto a la categoría ética podría parecer a primera vista que la construcción plástica deja a un lado el juicio ético del contexto en que se inscribe, sin embargo al analizarla junto al cuerpo de trabajo del autor encontramos asideros de los cuales podemos interpretar la decisión tomada y tomarla como una decisión ética. Me parece que como mencioné anteriormente el hecho de que el giro se muestre como la toma de un riesgo en la obra de Marco, nos propone a su vez un giro en la forma de abordar el conflicto que trata. Si en los trabajos anteriores se determinaba ya de antemano un juicio sobre el conflicto tecnológico, aquí se deja el aire suficiente para explorar otra cosa, para abordar la naturaleza de la lucha y se deja al espectador el espacio suficiente para que genere su lectura. Como autor me parece que esa es una decisión ética donde se está replanteando el lugar del creador y el de quien mira e interpreta la obra.
Desde una perspectiva general podemos evaluar la obra como atractiva para el espectador, se generan entradas o códigos de acceso que no resultan problemáticos para quien mira y el gusto del espectador pareciera que es halagado dado que dentro de la corriente abstracta este cuadro sigue directrices y estructuras que ya han sido adoptadas por la sensibilidad estética de la época histórica que vivimos. Lo interesante se encuentra en que al momento de internarse en la lectura de la obra uno se encuentra con matices y oposiciones que ya no son tan fáciles de discernir e interpretar como se pensó en un primer momento. Sin embargo la oposición y complejidad son vistos desde la euforia de la categoría tímica y por lo tanto son invitación a adentrarse y vivir la reflexión y experiencia de exploración en la plasticidad de la obra. De esta forma el espectador no es confrontado sino invitado.
A partir de este punto podemos aventurar qué tipo de autor creo la obra analizada.
La intencionalidad en los primeros trabajos de Marco era muy clara, como autor se posicionaba y emitía un juicio sobre la situación que abordaba. Este juicio no era precisamente en términos de bueno o malo sino que percibía un cambio radical en las relaciones dentro del espacio y lo abordaba de esa manera, sin concesiones. Sin embargo se comenzaba a notar una evolución en la que lo figurativo se replegaba y lo abstracto comenzaba a tomar protagonismo. Finalmente nos presenta esta última obra donde podríamos pensar a primera vista que dicha intencionalidad se ha perdido. Creo que a la luz del análisis hecho no solo a esta obra sino al cuerpo de trabajo que desarrollo a lo largo del curso, sería un error quedarnos con esa impresión. Como se mencionó anteriormente lo que sucedió es que el conflicto que se anclaba a través de signos icónicos al contexto del mundo bajo los teléfonos móviles, se desplazó al conflicto plástico que se autocontiene en el cuadro. Sigue existiendo una lucha y una oposición, lo que cambió fue la dirección que esta tomaba, pasó de ser un conflicto referido al problema derivado del avance tecnológico, a la aproximación a la naturaleza de la oposición desde una perspectiva plástica, es decir, que la pintura se utiliza como herramienta de búsqueda.
De esta forma se puede decir que las intenciones de Marco siguen por la misma ruta, pero ya no trata de presentar el conflicto sino de entenderlo a través del ejercicio plástico. Marco es un autor con una intencionalidad consciente, claramente percibe  las estrategias que está utilizando (las oposiciones) y  las intenciones que tiene frente a la exposición de su obra. Me parece que aún cuando pareciera que la intencionalidad es tácita en su momento figurativo y esta se va hacia lo implícito en su momento abstracto, al hacer un análisis cercano a su obra nos damos cuenta de las estrategias que utiliza para establecer la confrontación, de esta forma me parece que su intencionalidad sigue siendo tácita, claro, ya no es clara la referencia a la problemática tecnológica, referencia que nos permitía tejer una narrativa de forma más sencilla, pero aún así se nos muestra la estrategia de la oposición y la dinámica que esta propone.
A la luz de este análisis Marco se ubica en el territorio del autor ideal, es decir un autor que conoce las estrategias que está utilizando, ha desarrollado un trabajo donde pone a prueba sus métodos y decisiones plásticas para a partir de ello, modificar y afinar su trabajo. En todo caso podría decirse también que en este momento de transición se está pasando al mismo tiempo por la figura del autor empírico, sin embargo me parece que se puede percibir una idea clara por su parte de las estrategias a seguir aún cuando se interna en terreno desconocido. Como autor, Marco sigue en control de sus recursos y los utiliza a su conveniencia, por ello me parece que de nuevo aun en el momento de transición se le puede considerar como un autor ideal.
Ahora pasemos al tipo de lectura que su obra suscita. Cabría hacer de manera somera un análisis del contexto cultural en el que se inscribe la producción aquí analizada. Actualmente la tendencia en pintura muestra un retorno a lo figurativo. En la Ciudad de México como centro de la actividad cultural del país, esta corriente se torna evidente al visitar las exposiciones que han tenido lugar en años recientes. La obra de Marco se inscribía en dicha corriente y buscaba ampliar sus registros a través de la adición del elemento abstracto. Sin embargo en el transcurso del ejercicio en el taller, se fue decantando hacia la exploración plástica hasta terminar en la pintura abstracta. Así, la obra se nos muestra como ubicada a contra corriente del momento actual de la pintura y es relevante tener esto en mente al evaluarla. La obra suscitaría en primer término un choque con la tendencia actual. Ubicándonos ya en la clasificación de las formas de lectura es claro que la falta de referencias icónicas, la utilización de códigos blandos, etc. deja sin efecto las lecturas práctica y teórica. La obra no se mueve en el terreno de las conceptualizaciones ni en el de la llamada a la acción o interacción con la obra. La lectura estética es la más fuerte en esta pintura, el espectador responde a los estímulos plásticos, son solo estos los que harán que se quede a mirar o no, es este el código de acceso a la obra. Como ya se había mencionado, Marco hace una concesión al espectador a través de una abstracción calmada, que lo invita para que ya en el momento del análisis se presente como conflicto. Finalmente también podría decirse que el acercamiento puede ser mágico-religioso, la abstracción se presta para interpretaciones de este tipo, dado que las referencias no son icónicas, la dinámica del cuadro puede ser extrapolada a toda situación que se le asemeje y generalmente se orienta a cuestiones metafísicas. Sin embargo cierta materialidad en el trazo, la huella de la espátula y de su trayectoria en el lienzo, nos mantienen dentro de la obra, no nos es tan fácil escapar a meditaciones fuera del orden de lo físico y es por ello que la lectura estética es la que predomina.
No encuentro un momento de quiebre en la obra, la oposición es caótica pero estable, no hay catástrofe en el lienzo. Por ello no me parece que se fuerce al espectador a tomar una postura o a ejercer un juicio sobre lo que está observando. Me parece que lo que esta obra hace es invitar a internarse en el mundo que Marco está explorando. Invita a pasear por la pintura, a ser parte de los destellos y las transiciones de color, a ser parte del recorrido y buscar junto al autor la naturaleza del conflicto que aborda.
Para concluir este análisis es importante ubicar la obra en el sitio que ocupa en la producción de Marco para así evaluarla en su justa medida. Esta obra es un momento de transición en su producción, si bien ha habido evoluciones anteriores, esta es la más marcada.  Como momento de cambio, no puede ser evaluada sin tener en cuenta todo el proceso anterior. No podríamos llegar a conclusiones acertadas si analizáramos esta obra como única muestra de su trabajo.

La obra se nos presenta como desviación y camino. Se ha dejado un territorio pero aún no se llega a otro. El trabajo que nos presenta aún no nos puede hablar sobre todas las inquietudes que Marco aborda en su trabajo, pero ya ha comenzado el desplazamiento para llegar a ese punto. Es por eso interesante el análisis en esta etapa de su producción. Se nos ha mostrado un cambio radical que como se nos presenta en la obra aquí analizada es un paso hacia lo desconocido, invitación al lugar no familiar. Me parece que esa es la nota fuerte del trabajo que nos muestra Marco en este momento. Somos invitados y asistimos a un recorrido por sensaciones estéticas, a una exploración de lo plástico. Tendríamos que tener presente en todo momento el punto del que se partió y seguir adelante. Este análisis intenta dar cuenta de ello, intenta establecer las coordenadas en las que el trabajo se ubica su principio y hacer un eco del llamado que lo obra misma nos envía.